TCA Trastorno de la conducta alimentaria
TCA Trastornos de la Conducta Alimentaria
TCA Trastornos de la Conducta Alimentaria
¿Qué son los trastornos de conducta alimentaria?
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son trastornos mentales que se caracterizan por unos patrones patológicos no saludables relacionados con la dieta o la alimentación asociados con angustia emocional, física y social. Los TCA no discriminan el género, edad, o raza y son un problema que emerge en las sociedades occidentales. Se han llegado a calificar como epidemia, debido al aumento de su gravedad, resistencia al tratamiento, incidencia y prevalencia en los últimos treinta años.
Por lo tanto este tipo de trastornos tienen una serie de síntomas con base en un elevado nivel de insatisfacción corporal junto con ideas distorsionadas relacionadas con la comida, le peso y la imagen corporal. Son enfermedades multifactoriales: factores genéticos, familiares y sociales y culturales.
Factores que influyen en el TCA
Las personas que padecen un TCA tienen dificultades con el mundo emocional(1)
Las personas con anorexia nerviosa (AN) y/o con bulimia nerviosa (BN) tienen problemas tanto para enfrentarse a sus propias emociones como para expresarlas verbalmente. y su estado emocional influye directamente en la ingesta de comida que realizan, de manera que cuando se siente emocionalmente disfórica (triste, ansiosa o irritada) la persona con AN normalmente es incapaz de ingerir bocado, mientras que la persona con BN se da atracones atracones. También los antecedentes de abuso sexual infantil y el abandono físico quintuplican el riesgode sufrir un TCA, sobre todo bulimia. La probabilidad de padecer algún TCA es superior cuando además sufren bullying, trastornos de personalidad(2), los trastornos depresivos(3), aspectos cognitivos y sociales(4) o los problemas en las relaciones familiares(5) .
El ideal estético
El modelo estético corporal que hay establecido culturalmente no es solo un factor de riesgo predisponente, sino también de mantenimiento.
Nuestra cultura nos impone los cánones de belleza que debemos seguir, la delgadez como ideal y una asociación entre ser atractivo y el éxito social y laboral.
Desde 1950 hasta 1985, las mujeres con sobrepeso o un cuerpo no normativo prácticamente desaparecieron de las revistas femeninas. Por los mismos años, las concursantes de Miss Suecia pasaron de un peso medio de 68 a 53 kg. (6)
También los juguetes contribuyen a que las niñas interioricen modelos estéticos delgados desde muy temprana edad, como sucede con la Barbie.
Desde que somos pequeños ser gordito es algo peyorativo y que tanto en la infacia como en la adolescencia, ser gordo/a implica ser considerado como una persona perezosa, sucia, poco honesta y glotona,, mientras que si es delgado/a la consideración es de ser una persona controlada, eficaz y madura (Perpiñá, 1989).
as adolescentes que leen frecuentemente artículos sobre dietas alimentarias y control del peso, comparadas con las que no lo hacen, tienen 7,3 veces más riesgo de practicar hábitos alimenta- rios insanos (ayunar, reducir cantidades de comida, tomar pasti- llas adelgazantes, vómitos, utilizar laxantes, etc.) además de aso- ciarse a un mayor malestar psicosocial.
Otro de los factores que pueden desencadenar un TCA es la moda. Entre los factores promotores y divulgadores del nuevo modelo social de delgadez hay que destacar la industria de la moda. Cada vez más la industria presenta colecciones con un tallaje más pequeño y con modelos más delgadas. Un ejemplo de esta presión de la industria queda patente en la creciente decisión de los modistas y comerciantes británicos de cambiar las hechu- ras y disminuir el tallaje para vencer la barrera psicológica de las obesas, así la «talla 42 será ahora una 40». Los desfiles de moda pueden provocar insatisfacción corporal a muchas jóvenes, al observar cuerpos con IMC patológicos que son ensalzados por los periodistas. El mundo de la industria de la moda debería regu- larse por las instituciones ya que puede provocar insatisfacción corporal.
n la actualidad, la detección de un TCA es mucho más rápida que en épocas anteriores, posiblemente debido a la información y la formación que se ha proporcionado a los médicos de aten- ción primaria, pediatras, etc. También a la población en general. En cualquier caso, si antes se podía tardar un año o dos en acudir al médico, actualmente, de media, se tarda menos de 6 meses desde que se detectan los síntomas.
Detección de los TCA
En la anorexia nerviosa hay una serie de signos que pueden indicar que empieza un TCA, algunos de ellos son:
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– Problemas con la alimentación. Primero hay una negativa a comer alguna familia de alimentos, por ejemplo el grupo de cárnicos, en algunos casos afirman que se están volviendo vegetarianos. Al mismo tiempo, hablan siempre de dietas, del valor calórico de los alimentos, de recetas lights. A menudo, recortan de las revistas los consejos para adelga- zar o se compran libros sobre estos temas.
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– Otro signo detectado son los cambios bruscos de humor, dominando la tristeza. Además, una retracción en sí mis- mas y el abandono de sus relaciones sociales. No salen con sus amigos. Están irritables e inestables.
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– Se quejan de su aspecto físico, no se gustan. Se visten con ropas amplias y con manga larga incluso en verano.
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– Generalmente baja el rendimiento intelectual, suspendien- do más asignaturas y no mostrando interés por mejorar sus estudios. También la forma física queda afectada.
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– En algunas ocasiones se pueden encontrar laxantes y/o diuréticos en los bolsos, bolsas, mochilas. O a veces se encuentran vómitos escondidos. Un comportamiento bas- tante común después de las comidas es ir al baño.
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– En las chicas, pueden tener retrasos en la menstruación o se les retira.
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– En los centros educativos se observan desmayos, mareos sobre todo después del esfuerzo que se realiza en las clases de educación física.
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– Miedo fóbico al aumento de peso. Le provoca una angustia desproporcionada, irracional, incontrolable, injustificada e intermitente.
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– El miedo a engordar se incrementa a medida que disminu- ye el peso.
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– Distorsión de la imagen corporal. No es una alteración de la percepción visual, es una distorsión de la representación mental de su propio cuerpo. La distorsión provoca ansie- dad y la ansiedad puede superar la propia percepción.
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– Ausencia de conciencia de enfermedad.
Los TCA en los adolescentes, en algunos casos, son difíciles de pronosticar, debido a que los afectados intentan esconderlos al máximo.
Para la identificación de posibles personas en riesgo de sufrir un TCA, se utilizan diferentes cuestionarios o test de cribado autoaplicados que permiten valorar el riesgo de este tipo de enfermedades. Todos ellos incluyen preguntas sobre los hábitos personales de alimentación y dieta, peso, ejercicio, menstruación, percepción de la figura corporal, autoimagen, autoestima, uso de drogas, relación con la familia y con los demás, entre otras.
Muchos estudios, entre ellos los realizados por Garner en el año 2000, han demostrado que ciertas características psicológi- cas predisponen a la aparición de los TCA: el perfeccionismo, la rigidez, la escasa empatía, la baja autoestima, los niveles elevados de ansiedad y el retraimiento social.
En efecto, el riesgo de padecer un TCA es ocho veces mayor en los niños que tienen una autoestima baja que entre los que tienen una autoestima alta.
El perfeccionismo es uno de los rasgos que predominan en la personalidad de los enfermos de TCA. Así lo demuestran dife- rentes psicólogos. Fairburn, excelente investigadora, citada varias veces en esta publicación, en un estudio sobre factores de riesgo en anorexia nerviosa, determinó la existencia de perfeccionismo en el 61 % de sus pacientes anoréxicas y en el 42 % de las bulí-
Serra, M. (2015). Trastornos del comportamiento alimentario: enfoques preventivos. Trastornos del comportamiento alimentario, 1-263.
(1) Chatoor, 1999; Harrison, Sullivan, Tchanturia y Treasure, 2009; Hayaki, 2009; Waller et al., 2010).
(2) Del Río, Torres y Borda, 2002; Marañón, Echeburúa y Grijalbo, 2007; Marañón, Grijalbo y Echeburúa, 2007
(3) Borda, Torres y Del Río, 2008
(4) Feixas, Montebruno, Dada, Del Castillo y Compañ, 2010; Hardy y Thiels, 2009; Zaitsoff, Fehon y Grilo, 2009
(5) Cunha, Relvas y Soares, 2009,
(6) Toro, J. (1996). El cuerpo como delito: anorexia, bulimia, cultura y sociedad. Barcelona.
Este tipo de trastornos se caracterizan por una serie de sínto- mas que derivan de un elevado nivel de insatisfacción corporal juntamente con la existencia de ideas distorsionadas referentes al comer, al peso y a la imagen corporal. Son enfermedades multifactoriales: factores genéticos, familiares y sociales y culturales.
Entre los factores personales destacan la baja autoestima, el alto nivel de autoexigencia y de perfeccionismo, miedo a madurar, a crecer. La anorexia, por ejemplo, tiene mayor incidencia y provoca serias alteraciones emocionales y restricciones alimentarias muy severas para perder peso.
Entre los factores familiares también debemos mencionar los posibles conflictos, la incomunicación, la autoexigencia sobre el cuerpo y el sobrepeso de la madre.
Entre los factores sociales y culturales debemos destacar los modelos sociales que favorecen el culto a un cuerpo delgado, la influencia de la publicidad y de la moda.
Otros factores influyen en la precipitación de esta enfermedad, como por ejemplo la práctica de dietas para adelgazar, problemas personales relacionados con el estrés y también otras patologías psiquiátricas asociadas.
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