Superar la muerte de un ser querido

LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO

Sobreponerse al duelo

Todos los seres de este planeta nacemos porque vamos a morir. Si no  estuviese garantizada la muerte no naceríamos... Desde que nacemos "lo único que nos separa de la muerte es el tiempo" E. Hemingway... "Nacimiento y muerte pertenecen por igual a la vida, se contrapesan, forman los dos polos extremos de todas las manifestaciones de la vida " A, Schopenhauer

Superar la muerte de un ser querido es un proceso doloroso que responde a la pérdida significativa de un ser de nuestro entorno. Aunque el duelo no es una patología mental es habitual que vengan a mi consulta solicitando terapia para eliminar la angustia que genera esta situación. 

El tipo de terapia que realizo ante un duelo es con las Técnicas de Integración Cerebral-TIC. Son de una eficacia y rapidez increíble. Por norma general en dos o como máximo tres sesiones el paciente deja de sufrir por la pérdida. Una vez se ha reprocesado el duelo, el paciente hace una visualización de despedida del ser querido.

Para entender porqué esta técnica es tan eficaz, hay que entender cuales son las etapas del duelo y como las trabajamos en la sesión.

Recuperarse de una pérdida que ha tenido lugar tiene tres etapas distintas aunque imbricadas entre sí.

Fase 1.- el Shock, negación (incredulidad), aturdimiento, perplejidad, nudo en la garganta, suspiros, vacío en el estómago, sentido de irrealidad, y desconfianza. 

Fase 2.- Miedos, enfado, rabia, tristeza / depresión, insomnio, anorexia, debilidad, agotamiento, culpabilidad, sueños y pensamientos sobre el difunto, introversión. 

Fase 3.- Entendimiento, aceptación, recuperación, puede recordar el pasado con neutralidad/placer, recupera el interés por otras actividades y se establecen nuevas relaciones

Cada etapa es necesaria, natural y es una parte del proceso de curación y pasamos a través de las tres etapas de la recuperación sin importar cual haya sido la pérdida o el trauma.

En el transcurso de la sesión terapeútica vamos a ocuparnos sobre todo de la primera etapa, en la que están involucrados los procesos de shock, incredulidad y aturdimiento porque es el que suele quedar activo, bloqueando de forma total o parcial el procesamiento del duelo. 

Durante esta primera etapa no podemos creer o comprender lo que nos ha sucedido.  Nuestra mente niega la pérdida. Con frecuencia las primeras palabras que pronunciamos después de escuchar o de padecer el hecho son: "No lo puedo creer” “ qué ?”, “oh, no!". 

En muchas ocasiones olvidamos que esa pérdida ha sucedido y nos encontramos a nosotros mismos asombrados cada vez que la recordamos (esto sucede especialmente al despertar de mañana). Cuando tenemos un intenso sufrimiento se activan los mecanismos naturales de protección del cuerpo (el shock y el aturdimiento) igual que sucede ante una herida o fractura (al principio no duele).

Una vez que la primera etapa está resuelta, las otras dos se recuperan muy deprisa

No debemos olvidar que una pérdida es una pérdida, no importa cual sea la causa. Cuando no podemos tener a alguien o algo que queremos, estamos ante una pérdida. La recuperación entre un tipo de pérdida u otro depende de la intensidad de los sentimientos y la duración  del proceso de curación. Cuanto mayor es nuestra  pérdida, más intensamente sentimos cada uno de las etapas de la recuperación y más tiempo se tarda en pasar de una etapa a otra.

 

En la vida humana, es difícil encontrar alguna ganancia en la vida que no haya estado ligada a una pérdida. Con esto firme en la mente podemos examinar las variadas pérdidas de la vida. (sin este punto de vista se tiende a deprimir).